Reunión de líderes "Casas sobre la Roca"
Serie: De lo que tengo te doy
Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro...
Hechos 3:6
Introducción:
La biblia inicia con la siguiente frase: “En el principio creó Dios los Cielo y la tierra”. Esa expresión va más allá de una apreciación de lo creado. Determina la lógica y el sentido de la vida misma. Nuestro Dios quería determinar de manera clara y enfática un arriba y un abajo, un punto de vista de esperanza y grandeza y un punto de vista de amor y misericordia, en otras palabras, un pendiente y un dependiente.
En la biblia, los cielos expresan la grandeza e inmensidad del creador, de los cielos proviene la luz y el calor que necesita la tierra para la vida misma, en los cielos se encuentra la inspiración de lo grande y poderoso de Dios. Son los cielos el lugar del creador.
Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora LOS CIELOS, y cuenta las estrellas, si las
puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia.
Génesis 15:5
En el momento de duda y de queja de Abram, cuando sus ojos estaban puestos en su siervo, un damasceno, el Señor manda a Abram a que alzara su mirada a los cielos con el fin de expandirle la visión del futuro y establecer en él una esperanza. La vida del anciano Abram tuvo sustento y fuerza en la experiencia de aquella noche, cuando la promesa se enmarcó en la grandeza del cielo; no sólo le estaba mostrando la cantidad de descendientes que tendría, también le animó a ver hacia lo creado en los cielos, hacia la “magnificencia del firmamento”, como recordándole, que aquel que tuvo poder de crear toda
aquella expansión tenía el poder de darle un hijo.
Y creyó a Jehová, y le fue contado por
justicia
Génesis 15:6
Un llamado a alzar los ojos
El liderazgo efectivo se logra cuando centramos nuestra mirada (y cuando decimos mirada estamos hablando de pensamiento) en lo de arriba, en lo celestial, en lo eterno. Pero ¿Qué significa mirar hacia arriba?
1. Mirar la grandeza de Dios
Una de las mas grandes afirmaciones de la biblia con respecto a Dios y su grandeza es “LOS CIELOS, DE LOS CIELOS, NO TE PUEDEN CONTENER”. Si para el anciano Abram fue suficiente ver las estrellas y tratar de contarlas para creer en la promesa, Salomón expande el tamaño y la grandeza del creador con tan grandiosa frase. Sus palabras están diciendo que hay un Dios supremamente grande, inimaginable, que la mente no puede alcanzar, mucho menos el alcance de los ojos; es más, hoy en día ni la NASA con todo su presupuesto y capacidad tecnológica ha logrado llegar al fin del universo. Han tenido que decir que el universo se expande, de tal manera que su conocimiento de los cielos es tan pequeño, que algunos dicen que equivale a un 4% de lo que el universo es.
Sencillamente lo que el Señor nos quiere mostrar a través de los cielos es la inmensidad de sus recursos. El Cielo nos deja ver que los recursos de Dios son mayores que los recursos humanos y es ahí donde los lideres encuentran su fuerza para avanzar en la visión.
El éxito no depende de nuestros recursos, sino de los recursos de Dios y los recursos de Dios son inagotables. La tierra es considerada como el punto de la acción bondadosa y salvadora del Dios creador; el cielo es infinito, ilimitado, inexplorable y es el punto sobre el que se expresa el poderío y la grandeza del Señor… en otras palabras: la tierra habla del hombre y el cielo habla de Dios.
Cada líder debe saber que la miseria está frente a nosotros, pero la grandeza y la respuesta a las carencias de este mundo están sobre nosotros. Por tal razón, debemos levantar la mirada y no olvidar que todo lo que necesita el mundo lo encontramos arriba.
Por un momento reflexione en lo siguiente:
Mira a LOS CIELOS, y ve, Y considera que las nubes son más altas que tú.
Job 35:5
¿Por qué se amotinan las gentes, Y los pueblos piensan cosas vanas?
El que mora en los cielos se reirá; El Señor se burlará de ellos.
Salmos 2:1;4
¡Oh Jehová, Señor nuestro, Cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra!
Has puesto tu gloria sobre LOS CIELOS;
Salmos 8:1
Jehová miró desde LOS CIELOS sobre los hijos de los hombres, Para ver si
había algún entendido, Que buscara a Dios.
Salmos 14:2
Nuestro Dios está en LOS CIELOS; Todo lo que quiso ha hecho.
Salmos 115:3
LOS CIELOS son LOS CIELOS de Jehová; Y ha dado la tierra a los hijos de
los hombres.
Salmos 115:16
¿A quién tengo yo en LOS CIELOS sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la
tierra.
Salmos 73:25
2. Buscar la presencia de Dios
Pablo le escribe a la iglesia en Colosenses 3:1 al 3 las siguientes palabras:
Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la
diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis
muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.
Luego de tener la comprensión de la grandeza de Dios, es sencillo entender la necesidad de buscar lo que viene de arriba y mirar las cosas de arriba.
La pregunta es ¿Qué significa eso?
Para entender mejor esto, vayamos a las palabras del Señor en Juan 15:
Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo
quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. Ya vosotros estáis
limpios por la palabra que os he hablado. Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el
pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros,
si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en
él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.
Algunas conclusiones de este texto son:
Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
Gálatas 6:22-23
La metáfora de la vid y los pámpanos da una de las declaraciones más contundentes para los discípulos Juan 15:5:
Porque separados de mí nada podéis hacer
Los lideres no pueden dejar de buscar al que produce el crecimiento. NO SOMOS NOSOTROS, ES DIOS EN NOSOTROS.
En este mismo sentido, alzar los ojos es saber que todo lo que yo necesito para hacer la obra
del Señor viene de él como lo dice Santiago 1:16-17:
Amados hermanos míos, no erréis. Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto,
del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.
Dependencia total
La palabra depender viene del latín “dependet”, indicativo del verbo “dependeré” (estar colgado de), es una palabra formada de dos partes, el prefijo de – (que indica dirección de arriba abajo) y el verbo pendere (colgar). Se encuentra en palabras como: pender o péndulo. Si imagina una piedra colgando (pendere), amarrada de un hilo o cuerda, el cuál está anclado con una puntilla en el techo, se puede decir que el vaivén de la piedra depende de ese clavo. El prefijo In – indica negación. Si se quisiera que la piedra tenga independencia, entonces debe cortarse el hilo, para separar la piedra de la puntilla.
Al pensar de manera práctica y hacer el ejercicio del hilo, la piedra y la puntilla, Dios podría ser como aquella puntilla que está en lo alto, en la que se amarra el hilo o cuerda que sostiene la piedra y le da movimiento; el hilo o cuerda es la conexión entre la piedra y la puntilla, lo que sería la oración y la palabra de Dios que conecta al hombre con su voluntad, y el hombre es simplemente la piedra (Piedras vivas como dice 1 Pedro 2:5), que no tienen movimiento propio y que si se logra mover en alguna dirección es porque está unido a esa puntilla… es porque depende, cuelga de, se sostiene de.
¿Cuál es y cuál ha sido el problema entonces?
Que hay quienes cortan el hilo, hay quienes quieren su propio movimiento, hay quienes quieren moverse a su ritmo y hacia la dirección que ellos mismo desean. Aunque en la sociedad el ser independiente es un valor, algo que se debe buscar y por lo cual se debe trabajar, en la iglesia, en el pueblo del Señor NO, en la lógica bíblica y en la idea del Señor hay una dirección que debe ser permanente, un punto donde se debe poner la mirada siempre y es arriba… “
Buscad las cosas de arriba, donde está Cristo…
Poned la mira en las cosas de arriba…
Colosenses 3:1-2
El Señor Jesús dio ejemplo de dependencia. Cristo en el tiempo en que estuvo en la tierra reconoció constantemente donde estaba el padre y por doce ocasiones en el libro de Mateo expresa “Mi Padre que está en los cielos”. Es hermoso pensar que el Señor aunque era Dios, enseñó la dependencia, enseñó a estar unidos al poder y la voluntad del cielo, enseñó a buscar en oración y en la palabra la conexión con el deseo de Dios; es tal el ejemplo del Señor, que aun sus movimientos dan una lección de vida, porque en varias ocasiones no se miró a sí mismo, aunque lo podía hacer, no se alabó a sí mismo, aunque tenía derecho a hacerlo, no miró a otras personas, ni poderosos porque sabía que nada había en ellos que le pudieran ofrecer, por el contrario él alza sus ojos al cielo.
Entonces mandó a la gente recostarse sobre la hierba; y tomando los cinco
panes y los dos peces, y LEVANTANDO LOS OJOS al cielo, bendijo, y partió y dio los panes
a los discípulos, y los discípulos a la multitud.
Mateo 14:19
Y LEVANTANDO LOS OJOS al cielo, gimió, y le dijo: Efata, es decir: Sé
abierto.
Marcos 7:34
Estas cosas habló Jesús, y LEVANTANDO LOS OJOS al cielo, dijo: Padre, la hora
ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti
Juan 17:1
Pero si hay unas palabras maravillosas, unidas de la mirada al cielo son las que él expresa frente a la tumba abierta de Lázaro, las que salen de su boca al ver al que estaba muerto salir del sepulcro, Dios, el Dios manifestado en Carne, el todo poderoso enseña a depender, a estar unidos, a colgar, a moverse, a reconocer de dónde viene la respuesta y donde buscarla.
Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús,
ALZANDO LOS OJOS A LO ALTO, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído. Yo sabía que
siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que
tú me has enviado
Juan 11:41-42
Si algo ha querido hacer el enemigo siempre, es llevar al hombre a pensar que no necesita de Dios, que el progreso, el desarrollo y el crecimiento es fruto de la habilidad, de las destrezas, de la técnica, de las capacidades intelectuales, del capital financiero que se tenga, de los recursos que se posean, de los contactos o amigos que se adquieren a lo largo de la vida; que la razón, la intelectualidad y las enormes capacidades del hombre son suficientes para lograrlo todo; esas ideas han calado con fuerza siempre, y aún más en éste tiempo.
La industrialización, el capitalismo, la ilustración, la modernidad, la era del conocimiento y la informática está haciendo caer al ser humano en un estado de independencia del cielo, y de mayor dependencia del mundo y sus herramientas. El creyente se viene inclinando a creerle más a la orientación del psicólogo, del asesor financiero, del abogado, del médico, de lo que dice el mercado o el gobierno y ha ido abandonando la fuente del poder y las respuestas; hoy se cree más en el político, en las personas, en el gobierno, las organizaciones y fundaciones, abandonado la verdadera dependencia del Dios de los cielos.
Esto se puede ver en la vida cotidiana, en las decisiones que a diario se toman: qué estudiar, dónde trabajar, a qué lugar ir de vacaciones, qué amigos tener, cómo servir a Dios, de qué manera buscamos los objetivos y qué clase de objetivos se tienen. También hay otras cosas que hacen parte de nosotros como: con quién casarnos, en qué ciudad vivir, en qué congregación asistir… todo esto se ha desprendido de la fuente, todo esto se decide con base a unas lógicas humanas y terrenales, confiando más en los criterios o en los demás que en Dios.
Si alguien busca comprobar el nivel de dependencia de Dios, lo único que debe hacer es responder las siguientes preguntas:
Depender de Dios es moverse solo bajo la dirección y la fuerza que Él quiera dar, es esperar que de Él venga la respuesta, que de Él venga la ayuda, que de Él venga la fuerza, que su poder se haga manifiesto.
Pablo no dijo que el Señor Jesucristo era pobre, dijo que se hizo pobre, que se puso en una situación de dependencia divina, para por medio de los recursos divinos poder enriquecernos a todos nosotros hasta el día de hoy.
Conclusiones
1. Las victorias que deseamos tener en las casas solo llegarán por los recursos divinos en armonía con la actividad humana. La obra de Dios se desarrolla a través de hombres y mujeres que se muevan en búsqueda de necesitados sabiendo que la obra es de Dios.
2. Nunca el talento, habilidad humana, estrategias o recursos financieros podrán
reemplazar el poder del Espíritu Santo.
3. No tener plata ni oro, realmente no significa ser una iglesia o un discípulo pobres, significa entender que la sanidad, libertad y salvación de las personas vienen por un recurso que viene del cielo.
4. El mundo espera por lideres absolutamente dependientes que no permitan nunca el
pensamiento vano y destructivo que es por ellos que las cosas suceden.
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